lunes, 12 de mayo de 2008

This is England

burren modo "correspondencia"
Querido Mángris:

Al fin me he decidido a escribir una jodida carta, colega. MCETLP siento el retraso pero la realidad es que aquí el ritmo de vida es bastante desgarrador. Desgarrador porque se te desagarra el ojete del culo de tanto pan de sandwich integral que te metes por la boca. Es lógico, comes por la boca, cagas por la otra boca, por la de cagar.
¿Qué tal, Mángris? Espero que esta carta llegue a nuestra ciudad después de mí, porque a saber cuando encuentro un Post Office de esos raros de cojones y a ver cuán haches de pe pueden llegan los ingleses a ser en cuanto al tema de la jodidas perras. Cuando digo perras quiero decir dinero, no pienses como tú. No seas como tú al leer esta carta. No la interpretes… o sí, pero contesta a una pregunta primero:






¿Cuál fue la última carta que voló por le mundo? Sin duda, la carta de algún costroso que haya escrito en la lejanía y lozanía de unas tierras que creía infértiles para un futuro futuro. Pero también tiene cosas que te joden, como por ejemplo el hecho de que casi nadie conozca ninguna jodida cultura más que la suya propia, porque aquí todo el jodido mundo va a su jodido rollo. En el jodido Underground de los cojones, por ejemplo, la jodida gente corre, las ancianas corren, tú sientes miedo de que alguna jodida anciana con los rizos recién hechos se eche al suelo diciendo que tiene una jodida bomba. Joder. No ha pasado, pero también espero no ocurra. Fuck. Pues eso. Te voy a remitir en el anexo nº1 (al que a partir de ahora llamaremos n1) encontrado en un papelutxo que data de V/ X/ MMVII y no tiene título:

n1

“Anoche cuando no llovía,
Hacía una horrible humedad,
A las seis de la mañana
El cielo comenzó a clarear,
Era un azul medio verdoso
Un verde muy azulado
Que llenaba todo el ambiente
De aire limpio y reluciente.
A cinco minutos del alba
Mis ojos anochecieron para sí mismos
Inyectaron porciones de calma
Cubriendo de sueños mis delirios.
Seis horas después, justo a mediodía,
Amaneció de nuevo,
Pero solamente en mi cuerpo
Entonces, sucedió…
Las hadas sin alas miraron,
Las hadas sin alas pactaron,
Las hadas sin alas hablaron,
Las hadas sin alas me despertaron.”
Fin del n1

Bien, hay que aclarar esto. Aquí estaba en el pafeto de turno y me dio la vena y tuve que escribir esa cosa tan rara hasta que unas gallegas, que están en el viaje también, se me quedaron mirando, joder. Que miren a sus viej… Eso. Cambiando de tema radicalmente, vi una camiseta en la que ponía “If you think I’m a bitch, you wait to meet my mother”. Era buenísima, pero fuck.
Eso, ahora mismo es día 17 de octubre de 2007, y son las 02:47am en nuestro hogar. Yo estoy como en Canarias, y no precisamente por el clima. Mira te voy a relatar mi estancia en tercera persona con el anexo nº 2, o n2, que es del mismo papelutxo que el n1:

n2

“Un trozo de carne y de queso importado, todo eso ente otros dos trozos, esta vez de pan, fue lo único que vieron sus ojos antes de tragar, pero había lo de siempre, y Gróuben (Gróuben soy yo) engulló todo lo demás sin siquiera mirarlo. Una especie de zumo instantáneo cuya dependencia hacia él psíquica y mental era similar a la del “tomacco” de los Simpsons.
Después del desayuno, encaminóse Gróuben hacia las calles participando gregariamente en una especie de ritual de curiosidad, llamado escuela, que consiste en ir a aprender más… o a pasar el rato. Allí, durante tres horas estuvo prestando atención a un profesor, Steve, que además de enseñar, era gracioso y estaba obsesionado con que leyeran textos sobre espías, y sobre 007 en concreto, estaba realmente afectado aunque no lo aparentara. Les hacía repetir los números siempre tres veces. Del uno al x, y cuando llegaban al seis y decían “Six, six, six”, él respondía “The Number of the Beast!”. Eso cada clase. Una vez Gróuben le dijo que “Six, six, five, the Neighbour of the Beast” y él lo hizo repetir a toda la clase. Estaba enfermo.
Cuando acabaron las clases, Gróuben se transportó literal y metafóricamente por muuuuchos colores yendo a parar a “Altab Ali Park”, en el barrio de Whitechapel, donde Jack el Destripador acabó con muchas vidas y donde hoy día se pueden ver algunas tumbas.



Otro día, Gróuben visitó el Parque Verde. Césped verde por doquier, en el que Gróuben se puso a dar volteretas. Y es que aquello era demasiado para él. Se sentía en un lugar donde los árboles no tenían que competir, ellos con hojas, contra los humanos, estos con colillas, porque ninguno de ellos ha logrado poner un pié allí desde que el sol se vistió de verde en un día de igual luminosidad que puede ser el prestigioso aroma que desprende todo lo que el verde desprende. Allí se quedó durante horas.”

Fin del n2

Estoy pensando que mejor te la envío por e-mail.
Continuará.
A continuación, Mángris, te voy a relatar lo que ha sucedido así extrañamente porque me lo voy a inventar mientras vayan surgiendo las palabras de mis dedos y que se llamará n3:

n3

“Gróuben estaba de nuevo en un sitio verde, esta vez no era el Parque Verde, era otro lugar más pequeño, pero de igual sonoridad visual. Allí almorzó lo poco que quedaba en su mochila. Galletas, jamón serrano*, pan del de cagar, papas Lays, que aquí se llaman Walkers (no comprende nadie el por qué) y agua en botella de litro. Después de eso, encaminó sus pasos hacia el Museo Británico, en el que ya había estado dos semanas atrás. Esa segunda vez fue una visita corta, el tiempo justo de ver por lo que le faltaba de la zona griega, donde recordó e imaginó portadas de libros de cultura clásica. Después vio la piedra x, (donde x véase luego obtendrás el nombre) la cual le regaló su última letra, Ώ'. Esa letra yacerá por siempre en el pantalón vaquero de Gróuben.
Otro día, mucho antes a eso, Gróuben visitó el Museo/Casa del psicoloco de Freud. Vio su diván, bueno el de sus pacientes, un árbol genealógico de la familia, una máquina de tejer, sus libros, sus libros que no escribió él, tres libros que estaba permitido tocar, y escribir, una viejecita francesa, una mujer inglesa y un hombre que con media cara quemada era portugués y todo. Allí, Gróuben adquirió una cajita muy bien decorada con juanolas dentro. Pero las juanolas eran diferentes. Allí eran blancas y redondas en lugar de romboidales y negras.”

Fin del n3

Estoy en casa, he llegado hace apenas 3 horas. No he encontrado tiempo ni lugar para escribir últimamente, espero que hoy te escriba un poco más, con el n4. Data de II/X/MMVII y sí que tiene título:

n4

YOU’RE THE BEST AND THIS IS NOT A FILM:

“Tu manera de abrasar.
Tus dos grandes perlas
que ahí llevas, como el mar
Paseándose por la tierra…
Me empieza a matar
desde tu más oscura marea
creando una batalla tal
Que hasta luces caen, y tormentos.
Has estado expectante
con tus dos joyas, mirándome.
Mas yo hice y hago lo mismo
en cada preciso instante.
Puede que sean tus labios.
Quizás tú, realidad desbocada,
pero esa manera de penetrar
Me consume todo el alma.
Y ahora no puedo despertar.
Me has robado el sueño
y te has metido ahí dentro
para poderte imaginar
en cada oscuro deseo.”

Fin del n4

Eso lo escribí en el jardín de la casa de mi mujer (la mujer con la que vivía, entiéndeme) una noche acabaditos de llegar de un tugurio de West Hampstead, un barrio que quedaba entre Wembley Park y Queensbury¨¨. En ese tugurio apareció una chica, a la que no podía dejar de mirar en la escuela, y vino directamente a mí, con una amiga. Me habló, estuvo diciendo “Perfect” a cada respuesta que le daba a sus preguntas con un tono que además de sensual, femenino y singular estaba entremezclado con unos ojos cuyo color es imposible recordar desde el primer día. Cuando creía ver el color de sus ojos, il mio cerebro dejaba esa faena y se ponía modo drogadicción de productos subcutáneos de demás yonquis y drogodependientes. Era un jodido amanecer en el punto más remoto del sistema mundial de conocimientos y causas del atontamiento global del planeta. Sublimes. Ella tenía una fragancia fresca y relajante, bonita, sin embargo la fragancia de su mirada era mucho más poderosa que todo eso. Era el continuo fuego que desprende una vela lo suficientemente hermosa como para iluminar el sistema solar durante miles de años. Posiblemente hasta la mismísima Venus le tenga un poquito de envidia. En fin, diosa de la noche marchó a su país, Italia, dos días después.





n5

“Gróuben se levantó, se cepilló los dientes, se tomó un café y unas tostadas de jamón serrano, queso, y aceite de oliva exquisitas. Ese día, visitaría él sólo Westbourne Park. Cogió la línea gris hasta Wembley, ahí la morada hasta Baker, y ahí la rosa. Pero primero tocaban las clases. Salió de casa escuchando a los irlandeses The Cranberries, mientras caminaba hacia la estación. Esa vez no fue por el atajo, pero cogió el autobús al lado de su casa, que lo dejó en la estación de metro. Allí lo de siempre. Gente, gente y más gente. Muchos corriendo, pocos andando, todos tropezándose, todos diciendo “Excuse me”… hasta los cojones acabó Gróuben del “ixkiúsmi”, escrito de esa manera orientándolo así hacia la pronunciación castellana. Llegó a la escuela cogiendo otro autobús en Finchley Road. Cuando llegó, fue directo a clase. Estaba Mark de profesor, un hombre inglés que sabía bastante castellano aunque casi nunca hablara en ese idioma. Le gustaban los chistes y hacer teatro en clase. Hablaba despacio, por lo que Gróuben le entendía correctamente menos alguna palabra clave. Gróuben escribió junto a Ming Woo (coreano) una historia sobre un cura que se casaba con una serpiente, la cual sólo está en inglés.


No dio tiempo a más, salvo a perderse y “empatar” (como decían las gallegas) las noches no durmiendo y haciendo tiempo en las paradas de metro o inclusive en un autobús cuyo destino desconocía y que, a pesar de ello, no me importaba viajar. Pero luego, claro, llegaba a un punto lejano y tenía que coger el metro para volver a casa bien entrado el día. Y un día cualquiera, como aquel, me abrazaron y me dijeron Good bye. Me metieron en un avión y me devolvieron a nuestro hogar.

1 comentario:

Sergi T. dijo...

Muy bien. Me gusta, es una crónica de viaje original y divertida. A tu manera. Leí ya una parte en una libreta tuya, pero creo que no entera.