miércoles, 26 de marzo de 2008

Escueta historia de Jack

burren modo "tiller"

Este relato es totalmente ficticio. No quiero herir la sensibilidad de ninguna persona. De políticos, tampoco. Por ello este relato puede cambiar de muchas personas la manera de pensar y aún sin saber si será para bien o para mal, lo escribiré rápidamente, sin más:

"Ayer miércoles me sorprendió recibir una llamada teléfonica del alcalde de Gandia, el senyor Orégano, sobretodo tratándose de día festivo. Me citó en la casa de su tía la Pepa, en Piles. Me comentó que era urgente, muy urgente. Pensé que posiblemente había bebido otra vez las botellas de debajo del fregadero pero no fue así:

-Jack, és importantíssim que vingues ja. Tinc una cosa molt important a dir-te.
-Bebe leche y se te pasará. Ahora llamo al médico.
-Que huí no és això. Mira que tinc els collons encessos en flames.
-¿Tan grave es, mira que son las once "post meridian" y ya tengo el pijama y las gafas de pasta puestas - le contesté intentando escabullirme.
-Si, molt greu molt greu molt greu molt greu. Ja hauries d'estar açí. Va, hòsties! - y colgó.

Fui al baño y me puse las lentillas de casi medio metro de grosor. Me las había quitado hacía dos horas: los ojos se me pusieron muy rojos. Cuando me hube vestido, le di un beso a mi mujer querida y salí cogiendo las llaves del coche de la entrada. Puse la radio de camino a Piles, cambié de emisora tres veces hasta llegar a la buena:

"... así sabrán todo acerca de Jesús y el camino a seguir........ y Gasol, detenido por conducir bajo los efectos de la heroína, comparecerá....... ¡Radio-safor! Tano només n'hi ha ......... el senyor Turrón, de la opossició, acudirà com a testig de l'assassinat que la seva dona va perpetrar al seu gos mentre ell mirava, estupefacte."

Eso es lo que me gusta, saberlo todo acerca del líder de la oposición para utlizarlo a nuestro favor. Y, Turrón, como no es mendrugo, se las iba a comer todas el día del debate, el gran lunes que viene. Yo me encargaría, por supuesto, de redactar todas las intervenciones del senyor Orégano. Pensando en ello llegué a la casa de la tia Pepa. Fui a llamar a la puerta pero estaba entreabierta. Saqué mi pistola Desert Eagle y apunté al frente. Anduve muy cauto hasta que llegué al comedor. Allí estaba Orégano, en el sofá, de espaldas a mí.

-Has tardado muy poco en llegar - cambiaba de idioma conmigo según hablase de tema personal o no. En este caso lo era.
-No había tráfico, las horas que son - dije mientras enfundaba mi cañón.
-Ven aquí siéntate, siéntate, ¿quieres beber algo?
-Sí - pensé que la charla duraría un rato y la amenicé. Me levanté, fui hasta el mueble-bar y me serví un bourbon. A Orégano le hice un carajillo de cazalla y se lo bebió de trago- Tranquil, home. Verás como al final toca llamar al médico.
-No padezcas por mí.

Se produjo un breve silencio hasta que lo rompí:

-¿Para qué me has llamado?
-Tengo que decirte una cosa.
-Adelante.

Le hice una "palomita" (cazalla y agua), tomó un trago, dejó el vaso en la mesa, me miró a los ojos y me dijo:

-¿Hace cuánto tiempo nos conocemos?
-Cinco años se cumplen en agosto.
-Cinc anys, cinc anys… ai, mare meua… Cómo pasa el tiempo, Jack.

Bebí un buen trago de mi vaso. Él miraba entre sus piernas sin ver nada, como recordando momentos.

-¿Recuerdas cuándo le conté a Turrón el chiste de su madre? Jajajajaja.
-Sí lo recuerdo, sí. Qué cara se le puso…
-Més roja que la regla de ma mare, jajajajaja. Quan encara en tenia, clar està.

Ya se le había subido el alcohol a la cabeza. Yo también me notaba algo denso.

-Tinc que dir-te una coseta, no pots negar-te però.
-Bueno…- le contesté sabiendo que él no tenía razón alguna para decirme eso.

Bebió el último trago y me dijo que entrase otra vez en la casa, que tenía una sorpresa. El simple hecho de pedírmelo ya me sorprendió. Le obedecí y, cuando estaba a sus espaldas de nuevo, se giró y…




Ahora estoy en otro continente trabajando: América del Sur, en Chile."

Arrancando motores...

burren modo "joder, qué ascazo"

Me monto al ferrocarril de los blogs en mitad de la segunda semana de las vacaciones que tenemos todos los que las tenemos. A aquellos que tuvieron solamente la semana anterior, mi más sincero pésame. Mas como no disfruto con las tristezas, y menos con las ajenas, comenzaré relatando una historia que barrunta por las paredes de mis hemisferios al caer mi cuerpo sobre la cama en la que duermo desde hace bastante tiempo. Carece de título, por lo que si se os ocurriera alguno, queridos y escasos lectores, más queridos que escasos, no dudéis en comentármelo. Comienza así pues:

"Xarli y Jon brindan con dos chupitos de alcohol. Con las manos en el aire, Xarli dice:

-Por las antiguas amistades.
-Por las antiguas amistades - repite Jon.

Después de bebérselos, Jon se enjuaga la boca con el tercio de cerveza que sostiene en la mano izquierda. Xarli muerde un trozo de limón, lo escupe, traga, se limpia los labios con la manga de la camisa, escupe de nuevo y con los ojos inyectados en sangre le dice a Jon:

-Después del tequila viene la sal.
-Prefiero la rubia.
-La cerveza es para las nenas. Para las nenas rubias - Xarli se echa a reír.
-¿Tengo pinta de nena rubia? - pregunta Jon mientras le coge fuertemente los huevos.
-¡No! ¡Joder! - se suelta y se coge con ambas manos la parte dolida

Jon sonríe, saca un cigarrillo y lo enciende.

-¡Me has hecho daño, animal! - se queja Xarli.
- ¿Que te he hecho qué, nena? ¿Nena rubia? - Jon se queda mirándole fijamente.
- Joder...
-Ni joder ni hostias - Jon le pega otro trago a la cerveza- ¿Tú sabes lo que es hacer daño? ¿Tú sabes que es sufrir un daño? ¿Tú sabes lo que es sufir ese daño en tus propias carnes? - la boca de Jon roza la nariz de Xarli quien, aterrado, contesta con voz aguda:
-No.

Jon se relaja, coge su cerveza y dice:
-Si te portas bien te contaré lo que me pasó el jueves anterior. ¿Te vas a portar bien?
Xarli asiente, se acerca y pide una cerveza en la barra. Se la traen y le pega un trago.
-El jueves pasado quedé aquí con Fresa.-¿Fresa? ¿Qué Fresa? - pregunta Xarli.
-Fresa, el hermano de Frambuesa, con el que hemos quedado esta noche, mendrugo - contesta Jon abriendo mucho los ojos.
-Ah, sí.
-Pues quedé con Fresa, tomamos unas pintas en la hora feliz, Fresa le dió un beso en los labios a la camarera, le di sus diez pavos, meamos, hablamos, jugamos al "Hijoputa", etcétera. ¿Te lo imaginas, no? - pregunta dejando ver con su brazo toda la gente del bar.
-Como la vida misma - Xarli sonríe.
-Pues cuando empezamos a jugar al billar...
-Espera Jon, no dijiste que jugarais al billar - interrumpe Xarli.
-¿Qué? - pregunta Jon desconcertado.
-Que no habías dicho nada acerca de jugar al billar.
-¿Qué no había dicho nada acerca de jugar al billar...? ¡Pues lo digo ahora joder! ¡Jugamos al billar! - contesta airadamente.
-¿Después de beber y de besar a la camarera y de que le dieses los diez euros...?
-¡Sí, joder, después!
-De acuerdo, Jon, tranquilo.
-¿Puedo seguir?
-Por mí sí.

Jon se le queda mirando con el ceño fruncido. Fuma y sigue:

-¿Por dónde iba? - pregunta.
-El billar - contesta Xarli.
-Sí. Cuando ya llevábamos dos partidas, ganadas por mí, y él me había devuelto mis diez pavos, se nos acercó un hombre que decía que conocía a Fresa. Fresa dudaba, pensaba que podría haberlo conocido algún día yendo borracho. El tipo se llamaba Morgan, era un tipo gracioso: vestía con tejanos, camisa de hawaiano y un sombrero similar al de Cocodrilo Dundee. ¿Sabes quién es Cocodrilo Dundee, Xarli?
-Claro que lo sé.
-A ver, ¿quién? - pregunta Jon con sarcasmo.
-Era Paul Hogan quien hacía de ese personaje, el tío rubio y alto, con facciones de tipo de duro.
-Muy bien Xarli. A veces me sorprendes. Pues bien, ese tipo, Morgan, empezó a abrazarle diciendo que "le parecía muy fuerte que no se acordase" y cosas por el estilo. Total, que Morgan se apuntó a la partida. Cuando ya íbamos totalmente cocidos a Morgan le pegaron una bofetada por arrimar la cebolleta de igual manera que aquel compañero uruguayo que venía a clase. ¿Te acuerdas?
-Sí, sí... ¿pero quién le abofeteó?
-Una mujer a la que le apretó todo el culo. Se lo tuvo merecido - Jon se queda mirando al infinito con una sonrisa que se le borra poco a poco. Apaga el cigarrillo - Después de eso Morgan sugirió ir a un burdel a "cubrir nuestras necesidades básicas" dijo. Aceptamos. -bebe un trago- Condujo Fresa y recuerdo que el local estaba saliendo de Las Higueras por la salida de Cántaros. Pues bien, a unos doce o trece kilómetros de la salida nos metimos por un camino de tierra en el que jamás había estado. Despúes, a la izquierda por otro vericueto más angosto. Al final llegamos. Increíble. Una casa enorme y muy antigua con velas y rejas en las ventanas y en la puerta, de roble macizo, de unos cuatro metros de alta. Morgan golpeó tres veces a la puerta y abrió un señor mayor con barba y pelo blanco vestido con frac. Llevaba una vela en la mano izquierda y guantes del mismo color que la barba en ambas. También llevaba unas gafas graduadas, pero yo creo que veía bien porque miraba por encima del cristal quedándole las gafas muy agachadas en su nariz.
-¿Como el profesor ese que tuvimos que enseñaba a gritos? - preguntó Xarli.
-Igual, pero risueño - Fresa dijo que quería ver a las chicas y el señor se rió y nos dijo:

"-Síganme - y echó a caminar. Entramos los tres, la puerta se cerró automáticamente - Mi nombre es Frank, si necesitan alguna cosa no duden en decir mi nombre en voz alta. No veo muy bien, pero oigo perfectamente - llegamos a una habitación con la puerta roja, la abrió y se despidió - Que lo pasen bien, caballeros."

-¿Qué había dentro? - preguntó nervioso Xarli.
-Aquello era una habitación gigante, llena de mujeres perfectas medio desnudas bailando, bebiendo y coqueteando con todos los clientes. Todos los hombres vestían traje y corbata por lo que pensé que si no pagábamos por adelantado era porque se fiaban de los clientes que iban. Se nos acercaron tres damas: una rubia, una morena y una pelirroja. Fresa se fue con la pelirroja a un sofá: las pelirrojas son su debilidad. Ella le dió una copa y comenzó a besarle por la cara y el cuello. Mientras les miraba la morena puso su mano derecha en mi pecho, me ofreció una copa con la izquierda y me tumbó en una cama que estaba al lado. Morgan supongo se fue con la rubia. Mientras estaba bebiendo Vodka vi como a un tipo con traje y corbata sin pantalones lo metían en una especie de ataúd mientras tres mujeres le besaban. Luego cerraron la puerta, accionaron una palanca que quedaba a la izquierda del ataúd, y éste se metió dentro de la pared por un conducto, imagino, secreto. El tipo desapareció. En plena orgía se abrió una puerta verde que quedaba en lo alto de unas escaleras situadas enfrente de la puerta de entrada a la habitación. Entonces bajó Ella. Una mujer vestida con camisón, el pelo largo y negro, una cara preciosa y unos ojos a los que si mirabas no podías apartar la vista del bienestar que sentías. Espectacular. Caminó lentamente hacia Fresa, que dejó por un momento de enrollarse con la pelirroja y la miraba embobado. Ella le hizo un gesto para que se levantara. Él la obedeció. Ella se le acercó a darle un besó, lo cogió por la nuca y le mordió toda la garganta dejando salir un chorro de sangre.
-¿Qué dices, tío? No digas tonterías y cuéntame lo que pasó - dijo Xarli molesto.
-Te lo contaré a mi manera -bebe el último trago de su cerveza- Cuando Ella le mordió, todo el mundo calló. Y cuando cayó el cuerpo de Fresa y Ella ya se hubo marchado a su habitación, todas las chicas empezaron a gritar y a poner unas caras muy raras. La morenaza que tenía encima me había empezado a arañar el pecho, me enseñó los colmillos la muy cerda y me puso ojos de psicópata. Le estampé la copa de vodka en la cara, se rompió, me levanté apurado y observé cómo estaban matando a todos los tipos, incluído Morgan, que gritaba:

"-¡A mí no, a mí no! ¡Yo os he traído cena...! ¡Aaaaahh! - y ya no habló más en toda la noche."

-¿Y cómo se llamaba ese lugar? - preguntó Xarli con gran ironía - ¿La Teta Enroscada, estaba Quentin Tarantino?
-¿Quieres que te parta la cara, subnormal? -desafió Jon.
-No es creíble, Jon, joder.
-¡Te lo cuento a mi manera, joder! ¡Te lo cuento a mi jodida manera, joder!
-¿Queréis otra cerveza, chicos? - interrumpe la conversación la camarera.

Se le quedan mirando los dos y Xarli dice que sí, que vale.

-Sí. Vale - la camarera se va- te invito, pero no me cuentes historias, si me lo vas a contar con tus imaginaciones mejor no lo hagas tío, cíñete a las tías, cíñete a las tías.
-Me has llenado los cojones definitivamente. Te lo contaré lo más deprisa que pueda y así te darán por el culo antes.
-De acuerdo, conforme.
-Me fui corriendo hacia el ataúd, accioné la palanca y me metí dentro. Me deslicé hasta una habitación en la que estaba Ella, que me recibió. Yo estaba acojonado pero me ofreció un trato:

"-Ya que tus amigos han muerto, te doy la posibilidad de que me des un poco de tu sangre y que me traigas carne fresca cada semana. A cambio, te dejo vivir y te regalaré el coche que quieras del parking. Ya no tienen dueños - y se echó a reír- Bueno, ¿qué dices?
-Acepto - ni lo dudé, y le ofrecí mi cuello.
-No, eso no. Ten - me dio una copa vacía y una jeringuilla. Me saqué sangre, se la puse en la copa y la probó. Pensó durante unos momentos - Me gusta. Entonces, ¿trato hecho?
-Trato hecho - confirmé.
-Perfecto - y me pegó una hostia con el brazo que me tiró contra el ventanal, lo rompí y fui a caer a la capota de un Lamborgini Diablo amarillo. Se me hizo trizas la espalda y Ella, desde su habitación, me gritó- ¡Te he tirado porque mis niñas son unas harpías, no te mezcles con ellas y todo saldrá bien, no como con Morgan! ¡¿Entendido, chico?!
-¡Entendido!
-¡Por cierto, ¿cómo te llamas?!
-¡Jon!
-¡Hasta el jueves que viene, Jon! - y se metió adentro."

-Después de eso, cogí un Ferrari Testarrosa rojo y aquí estoy. Fin, capullo.
Xarli se echa a reír a carcajada suelta.
-¿Tienes un Ferrari Testarrosa? Jajajajajajajaja. ¿Rojo? Jajajajaja.
-Que te den - dice Jon mientras saca el móvil. Mientras Xarli sigue riendo, Jon habla por teléfono y cuelga.
-¿Quién era? ¿Qué dice? - pregunta Xarli.
-Fresa, que no viene. Mierda, y ya son las tres y media de la madrugada.
-¿Nos vamos de putas?- y se echa a reír de nuevo.
-¿Quieres que te lleve al local de las tías? - pregunta desafiante Jon.
-Va, listo, y así lo veo yo también. Jeje.

Xarli deja un billete sobre la mesa, se levantan, se ponen las chupas de cuero y abandonan el bar. Cuando salen, Jon se detiene frente a un Ferrari Testarrosa rojo como el de la foto. Aprieta un botón en su llave y se abre. Xarli lo mira con la boca abierta y dice:

-Hijo de puta…